Madres “enseñaron a hacer búsqueda” de personas desaparecidas en México, destaca especialista
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- 31 ago
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Actualizado: 1 sept
Hombres de 20 a 35 años, estudiantes o profesionistas, tienen más posibilidad de ser víctimas de desaparición, señalan en conversatorio realizado en la UNAM
Texto: Natalia Gutiérrez Oseguera
Infografías: Mario Ortega
Ciudad Universitaria.- Las familias y las madres de personas desaparecidas en México fueron “quienes nos enseñaron a hacer búsqueda” de personas, en vez de autoridades, afirmó Karla Salazar Serna, académica de la UNAM y Maestra en Trabajo Social con Orientación en Proyectos Sociales, en el marco del conversatorio “Desapariciones en México-Chile: posibilidades de construir agenda de educación para la paz”.
“¿Quiénes nos enseñaron la mejor técnica para cavar? ¿quiénes nos enseñaron cómo y dónde buscar? Fueron ellos, las familias, las madres, que buscan a sus desaparecidos”, consideró Salazar Serna durante su participación en la VII Feria Internacional del Libro de las Universitarias y los Universitarios (FILUNI).
La también académica de universidades en Tamaulipas explicó la importancia entender los contextos de desaparición, ya que estos se dan en la temporalidad como territorio y en la historicidad de las comunidades afectadas; hay distintas etapas de las desapariciones y regiones donde ocurren.
“No es lo mismo hablar de la guerra sucia en el 70, en Guerrero, a hablar de las desapariciones en el sexenio de Calderón provocadas por la llamada guerra contra el narcotráfico, o a hablar de las desapariciones en Jalisco a partir del 2017”, manifestó el jueves 28 de agosto durante el evento realizado en la UNAM.
Por su parte Graciel Castro, de la Escuela Nacional de Trabajo Social, señaló que existe un cambio de perfiles en las víctimas de desaparición en México: antes podían ser disidentes del gobierno, sin embargo, ahora principalmente son hombres jóvenes, de entre 20 y 35 años, estudiantes o profesionistas.
Dijo que desde la academia se debe tomar una postura ética y “solidaria” con las familias, aprender de ellas desde la horizontalidad y no caer en el protagonismo.
Migración dificulta registro de personas desaparecidas en Chile
Claudia Campillo, académica de la Universidad de Chile, recordó que la situación de desapariciones en Chile se remite al Estado chileno entre 1973 y 1990, por lo que se percibe por la sociedad chilena como una situación del pasado; sin embargo, aseguró que las desapariciones están ligadas al fenómeno de la migración.
“Chile no percibía el fenómeno de la migración. no hay cifras”, advirtió al relatar que las desapariciones ocurren en el desierto (de Atacama), atraviesa la Cordillera (de Los Andes), y que son desapariciones ‘invisibilizadas’ porque no hay estadísticas de personas migrantes que se pierden al intentar alcanzar tierras chilenas.
Aseveró que las desapariciones marcan el desarrollo de los pueblos, pues trastoca comunidades enteras, “cuando alguien desaparece, no hay manera de despedirse, de recuperarse” dijo.
Reconoció que, en cuanto a las desapariciones de la dictadura, el gobierno chileno ha trabajado en el reconocimiento del fenómeno, en la búsqueda y en la reparación, y se ha establecido en la sociedad chilena el principio “Nunca más”, que retumba en las instituciones, en las calles y en las casas.
Instó a que el gobierno de México siga el ejemplo de Chile y reconozca el fenómeno, y su gravedad como Crisis Humanitaria, y no negarla, como lo ha hecho hasta ahora.
Falta exigir rendición de cuentas
Adriana Ornelas posicionó al fenómeno de las desapariciones en torno a tres ejes: el primero, el “terror de Estado”, inicialmente llevado a cabo durante la dictadura en Chile, y en la década de los setenta en México; y en la actualidad ante la impunidad al no encontrar y llevar ante la justicia a los culpables de las desapariciones.
El segundo eje es la responsabilidad en la sociedad, no involucramiento para no ponerse en el punto de mira y vulnerarse y la creación de un discurso de culpabilización a las víctimas, la falta de solidaridad para exigir rendición de cuentas y justicia; por último, el movimiento y organización de los familiares de los desaparecidos, que buscan, que resisten e insisten.
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