Infancias de Ezequiel Montes disfrutan acompañamiento de talleres de BIUAQ
- Cupi UAQ
- 4 jun
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Texto: Arantza Hazel
Infografías: Mario Ortega
En el marco del décimo quinto aniversario de la Biblioteca Infantil Universitaria de la UAQ (BIUAQ), niñas y niños de la comunidad El Ciervo, municipio de Ezequiel Montes, asistieron al auditorio de la Facultad de Contaduría y Administración (FCA) para participar en actividades del festejo.
Las tutoras, en su mayoría abuelas y madres de familia, compartieron sus primeras experiencias con los talleres de BIUAQ en El Ciervo.
“Lo que pasa es que los demás niños, los que viven cerca del jardín donde se imparten las clases, le contaban que iban a los talleres, y entonces ella empezó a decir que quería ir”, relató Irene Reséndiz, quien acompaña a su nieta cada sábado, para las actividades.
También compartieron los beneficios que ha traído para las infancias el compromiso de asistir los fines de semana a aprender mientras juegan.
Las tutoras destacaron la importancia de contar con espacios como los talleres de la BIUAQ, que ofrecen a las infancias no sólo aprendizaje, sino también un entorno de acompañamiento.
Aseguraron que en los talleres se sienten acompañadas, a diferencia de escuelas, donde no siempre se tiene la paciencia necesaria ante casos particulares. Tal es el caso de una madre cuya hija padece episodios epilépticos.
“Pienso que estaría bien incluir obras de teatro; a veces los niños aprenden más jugando. Mi niña tiene ataques epilépticos, por eso la inscribí”, añadió.
Madres de infancias que viven en El Ciervo señalaron las dificultades que enfrentan en su comunidad para sostener estas actividades. Uno de los problemas es la escasez de agua, que llega solo dos veces por semana.
“Cuando hay agua, hay que llenar y lavar cuanto traste haya, porque padecemos mucho del agua. No sabemos si podemos tener dos o tres o más días el agua. Hay que reciclarla, por ejemplo, yo en mi caso si echo mi ropa en suavitel la tengo que usar también para trapear, para el baño, para que no se desperdicie”, explicó una de las participantes.
También denunciaron las fallas en el suministro de luz, especialmente durante la temporada de lluvias. “Apenas empieza a llover y ya se nos va la luz. A veces estamos uno o dos días sin electricidad”.
A esto se suma la contaminación generada por los corrales cercanos: al caer la tarde, deben cerrar ventanas por el polvo y los malos olores provenientes de los animales.
En cuanto al transporte, denunciaron que hay pocas opciones para trasladarse fuera de la comunidad. Las familias cuyos hijos cursan estudios en otras localidades señalaron que deben salir desde temprano.
“Mis hijos entran a las 8:00, pero tienen que salir a las 6:30 de la mañana porque no hay otro transporte. Sólo pasa a las 6:30 y luego a las 8:20. En tiempos de frío, tienen que esperar allá mucho tiempo”, relataron madres de jóvenes que asisten a los cursos propedéuticos en Tequisquiapan.
Respecto a estas problemáticas, las habitantes señalaron que no han recibido una respuesta por parte de las autoridades municipales. En la cuestión del agua, por ejemplo:
“El presidente municipal comenta en el Facebook que están arreglando la tubería, que porque hay tubos rotos no sé en dónde, pero últimamente ya nada más es así. No va a haber agua en tantos días, ¿por qué? Pues quién sabe”, explicó Olga Reséndiz, vecina de la comunidad.
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