‘‘No hay lugar en este país’’, un retrato de ausencia y amor
- Cupi UAQ
- 2 sept
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Actualizado: 3 sept
Karen Villalobos
En el marco del 30 de agosto, Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada, en la biblioteca de la Facultad de Filosofía de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), se llevó a cabo la presentación de ‘‘No hay lugar en este país’’, un libro que surgió por la iniciativa del Centro de Análisis e Investigación Fundar, México; en el que se buscó generar un espacio para que familiares de personas desaparecidas se expresaran creativamente mediante textos de ficción y no ficción.
La presentación dio inicio con las palabras de Brenda Navarro, quien se encargó de impartir el taller de escritura creativa, así como de acompañar las historias y a las/los familiares en el proceso editorial del cual derivó el libro.
Luego vinieron las intervenciones de Ángel Ruíz integrante de Fundar; Adriana Vial del CVX Querétaro; continuó Irma Orgen del Colectivo Uniendo Cristales, hija de Marco Antonio Orgen, desaparecido el 17 de noviembre del 2013; y finalizó con la intervención de José Ugalde, papá de Esaú Ugalde Vega desaparecido en Querétaro el 4 de septiembre del 2015 y localizado sin vida tres meses después.
Como parte del escenario para hacer memoria de las personas desaparecidas, se colocaron varias fichas de búsqueda, en el espacio también estuvieron presentes madres de personas desaparecidas pertenecientes al colectivo Desaparecidos Justicia A.C.
“De mí no sé bien qué decir. Sé que he cambiado, ya soy grande de edad y eso me preocupa, me preocupa que no me alcance la vida sin tener la justicia para Esaú. Pero mientras viva seguiré adelante”, manifestó José.
‘‘No hay lugar en este país’’ es un espacio donde José, Bárbara, Carmen, Martha, Laura, Emmanuel, Guadalupe, Edith, Tania, Paulina, Tita y Blanca narran sus historias y cuentan cómo la ausencia les habita, lo que escuchan en los silencios. Ellas y ellos nos recuerdan cómo es vivir el horror de tener a un familiar desaparecido/a, el dolor, el ‘‘sentirse muerto en vida’’; pero también nos enseñan de dignidad, de amor, de lo que significa una exigencia de justicia colectiva.
“Este país está roto, somos pedazos que no pueden unirse, a menos que nosotros lo hagamos por nosotros mismos. Yo también sigo rota, porque una madre nunca olvida, nunca cesa en buscar a su hija. Nunca dejaré de buscar a Daniela, la diferencia es que empecé sola y ahora estoy acompañada (...) Mi nieto se quedó sin su mamá, yo me quedé sin mi hija, mis compañeras sin sus familiares, pero nos tenemos a nosotras. Por ahora, eso nos sostiene”, señaló Laura.
Este libro, escrito desde la propia voz de las familias, es un ejemplo de que por más que nos duela, tenemos que hablar de esto…
A la fecha, Querétaro sigue siendo una de las entidades que no ha reconocido gravedad en la desaparición de personas, por el contrario, presume de ser un estado con un ‘‘bajo número’’. Y aunque sí es una de las entidades que registra menos desapariciones en el país, del 2024 a mayo del 2025 registró un aumento del 14% en los casos de personas desaparecidas, pasando de 557 a 635 personas desaparecidas, según datos de la Red Lupa.
Lo que preocupa dada la ausencia de una política pública de prevención en materia de desaparición de personas, y teniendo como antecedente los contextos de los estados vecinos como Guanajuato y San Luis Potosí, que de índices bajos de violencia -como los registrados en Querétaro-, vivieron un aumento acelerado en los últimos años.
“Estoy comprometida en seguir haciendo visible la barbarie de la desaparición forzada y quiero que todas las personas tengan su nombre, su apellido y su rostro para que nadie los olvide. Quiero que se resignifique la vida de nuestros hijos, padres, esposos, hermanos y que resurjamos todos de las cenizas”, exhortó Guadalupe.
En un país donde la violencia se retroalimenta de redes de complicidad entre criminales, funcionarios y diferentes agentes sociales, donde la impunidad es la regla, hundido en una fosa y una crisis forense, con una persona desaparecida cada hora (Comisión Nacional de Búsqueda), ninguna autoridad, ni gobierno puede presumir de seguridad.
Los trece relatos contenidos en el libro, se vuelven un recordatorio de que las familias son quienes nos han enseñado todo lo que sabemos sobre las búsquedas, protocolos de acción, acceso a derechos, identificación y de exigencias cotidianas de memoria, verdad y justicia. También es un ejemplo de quienes insisten, con una rabia digna y terca en transformar los espacios violentos en territorios habitables y amorosos.
Puedes consultar el libro de forma gratuita y compartirlo: https://nohaylugarenestepais.mx/
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